Reflexión en el Día del Abogado

Hoy 02 de abril, es el día de la Abogada y Abogado; en Homenaje al Dr. Francisco García-Calderón Landa (fecha de su natalicio), la misma que se instituyó mediante Resolución Suprema del 14 de marzo de 1952 y ratificada por Ley 23248 de fecha 23 de abril de 1981.

Como sabemos, nos encontramos en tiempos difíciles por la pandemia del COVI-19; todos los países del mundo se encuentran en una lucha incesante en especial por los profesionales de la salud y personal asistencial. Pero esta lucha no solo es de ellos, sino de todas las personas, de cada uno de nosotros, empezando por nuestras familias y la responsabilidad que pesa sobre todos para poner nuestra cuota de apoyo. Mucho se habla de derechos y lo sabemos, porque es nuestro derecho y es inherente al ser humano. Pero se habla poco de deberes; deber que nace de la propia Constitución Política que establece que todos los peruanos tienen el deber de honrar al Perú y de proteger los intereses nacionales, así como de respetar, cumplir y defender la Constitución y el ordenamiento jurídico de la Nación y es justamente en estos tiempos cuando debemos demostrar ese deber de cumplimiento de las normas emanadas, que tienen como efecto ubicarnos en este Estado de Emergencia Nacional decretado por el Gobierno, por la grave circunstancia de amenaza, de esta pandemia alertada por la Organización Mundial de la Salud, y dicha protección tiene carácter de interés público y la primera responsabilidad se encuentra en el Estado y como Autoridad Nacional, el Ministerio de Salud, razón por la cual nos dan como única tarea de toda ciudadana y ciudadano, de “quedarnos en casa”, “quédate en casa”; es donde nace la obligación y responsabilidad que tenemos y debemos hacia la sociedad, la familia y uno mismo.

Ante dichas consideraciones, no nos encontramos en definitiva, en tiempos de felicidad y celebraciones, más aún cuando esta guerra, aún no la hemos ganado; nos encontramos en batallas del día a día, unos más que otros, otros menos que los demás y otros quizás en difíciles circunstancias, pero lo que es claro, es que todos estamos en el mismo campo de guerra. Recordemos este 2 de abril, como un día para reflexionar sobre la importancia de esta labor de la abogacía, la responsabilidad ética en el ejercicio de la misma, recordando siempre que la abogacía es una función social al servicio de la Justicia y el Derecho.

Un saludo en este día, a todos los abogados y abogadas en el ejercicio de esta profesión tan incomprendida y juzgada por los demás al momento de ejercerla, sea en el ámbito público o privado. Tenemos una función social al servicio de las personas sin distinción alguna, en la búsqueda de la justicia dentro de la injusticia; velando siempre por el Código de Ética Profesional; la defensa de los derechos fundamentales y constitucionales y sobre todo, el respeto al orden legal en todo momento y la defensa irrestricta del Estado de Derecho y de la propia Constitución Política.

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